Conocimiento
es prevención

En el pasado había comprado sin asesoramiento legal independiente, confiando en agentes o notarios. Esta vez quise hacerlo bien desde el principio. El equipo de Alain Ngale detectó que la propiedad que pensaba reservar tenía una ampliación ilegal y estaba en suelo con limitaciones urbanísticas. Me lo explicaron con claridad y negociaron una rebaja del precio, con cláusulas de protección incluidas. Hoy tengo mi vivienda perfectamente legalizada y sin sorpresas. Esa diferencia la marca tener a alguien que solo trabaja para ti.

Vivo fuera de España y no podía permitirme viajar varias veces solo para trámites. El despacho me ofreció representación mediante poder notarial, y desde entonces lo gestionaron absolutamente todo: NIE, cuenta bancaria, inspección técnica, revisión de contratos, firma notarial, registro… Cada paso estaba controlado. Me enviaban informes, plazos, advertencias, soluciones. No tuve que improvisar ni arriesgarme. Una experiencia de compra sin estrés, como debería ser siempre.

La vivienda parecía perfecta, el comercial insistía en firmar rápido. Pedí ayuda al equipo de URBAN LEGAL ADVISOR para revisar la documentación. Descubrieron que la promotora no tenía aún licencia definitiva, y que el contrato no ofrecía ningún aval bancario, como exige la ley. Cancelé la reserva a tiempo y evitaron que perdiera 20.000 €. Sin ellos, hubiera cometido un error del que me habría arrepentido durante años. Hoy tengo otra propiedad, revisada por su equipo, y firmada con total seguridad. Si vas a comprar, hazlo bien desde el principio.

Me enamoré de una vivienda en una zona turística muy conocida. Todo parecía en orden, pero por precaución pedí una revisión al despacho de Alain Ngale. Su análisis detectó que existía una carga económica no cancelada en el Registro, y además había una limitación urbanística que nadie me había informado. La operación se detuvo a tiempo. Me explicaron los riesgos de forma clara y profesional, y luego me ayudaron a encontrar una alternativa legalmente sólida. Sin su asesoramiento, habría comprado un problema envuelto en un bonito escaparate.

El proceso legal en España me parecía complejo y estaba lleno de tecnicismos que no comprendía. Pero desde el primer momento, el equipo me habló con claridad, en mi propio idioma, sin términos confusos. Me enviaban cada documento traducido, explicaban las implicaciones jurídicas y me dieron opciones claras. Gracias a eso, firmé con tranquilidad total, sabiendo lo que hacía y lo que firmaba. Algo que para mí, como comprador extranjero, fue fundamental.

Mi pareja y yo íbamos a firmar la compra de una casa reformada. Todo parecía perfecto. Pero gracias a la due diligence que hicieron los abogados y arquitectos del despacho, descubrieron que parte de la obra era ilegal y el Ayuntamiento ya había abierto expediente. Nos mostraron los documentos y paralizamos la compra justo antes de entregar el dinero. Nunca imaginamos que algo así podía pasar. Fue una llamada a la realidad, y una suerte contar con ellos a tiempo.

No tenía claro cuánto iba a pagar realmente en impuestos. Pensaba que solo era firmar, pagar el IVA o el ITP, y ya. Pero gracias al equipo descubrí que, como no residente, debía tener en cuenta otros tributos y obligaciones. Me explicaron cómo optimizar la operación, qué impuestos pagar y cómo presentarlos sin errores. Esa asesoría fiscal evitó que cometiera errores que me habrían costado dinero y sanciones.

La propiedad que quería estaba promocionada como 'libre de cargas' y 'lista para entrar'. Pero el despacho comprobó que tenía una deuda pendiente en la comunidad de propietarios, una servidumbre no declarada y un procedimiento urbanístico en marcha. La agencia insistía en que firmara rápido. Ellos me recomendaron esperar. Al final, desistí de esa compra y firmé otra operación distinta, bien documentada. El despacho no solo evitó un error, sino que me dio tiempo, criterio y tranquilidad.